La reforma de este hogar fue pensada como una inversión inmobiliaria para la compra/mejora/venta de la misma. La problemática principal que tenía el inmueble era el de realizar una vivienda lo suficientemente neutra como para albergar a cualquier inquilino y, que al mismo tiempo, el coste de su ejecución fuera el más ajustado posible.

La vivienda originalmente es de los años 70 y no había sido reformada desde entonces: papel pintado de la época, una extraña distribución, situado en esquina con un gran balcón aunque muy desaprovechado y entorno a un pequeño patio, que funcionaba como protagonista para muchas de las estancias pero sin estar cuidado ni tratado como tal.

De esta forma se realizó una distribución para generar 3 habitaciones, 2 aseos y un salón cocina. Una de estas habitaciones, siendo la principal, se realizó con un aseo en suite y un vestidor con acceso al patio interior como zona de meditación. Se abrió el espacio de salón y cocina para crear una estancia más cómoda y espaciosa abriendo las ventanas hasta suelo para mayor entrada de luz.

Aparte de la distribución se cambió suelo, techos, ventanas con una cocina completamente equipada con todos sus electrodomésticos.

La vivienda fue vendida en menos de 1 mes y medio de su puesta en venta con un 25% de rentabilidad en su ejecución.